martes, 9 de diciembre de 2008

Shinken... darouka...

Bueno, pues ya está hecho. El examen, digo. Y no veáis lo relajado que se queda uno después de salir de la clase, con la expectativa de muchísimo tiempo libre... Nah, es mentira. Ya os contaré, pero, como era de esperar, los de la beca no nos van a dejar disfrutar después del examen. Antes al contrario: habrá que recuperar muchísimo tiempo "perdido". Estos japoneses son la pera. En fin...

Como veréis, hoy es martes. El examen fue el domingo por la mañana. ¿Que por qué no he escrito antes? Mi religión me prohíbe hacer nada que requiera el menor esfuerzo después de un examen tocho, al menos hasta recuperarme completamente. Es mi historia: que se la crea el que quiera. A partir de hoy iré explicando cosas que me han pasado en estas casi dos semanas que he estado sin escribir. No han sido muchas, pero merecen la pena. Por una vez, voy a saltarme a la torera el habitual orden cronológico y voy a empezar por el examen, que no sé si os interesará mucho, pero necesito hablar de él. Y para hacerlo más interesante, nada mejor que algunos cambios, y vamos con el primario que es un cambio de escenario. Éste fue mi domingo, versión "horario".

0700: Me despierto, desayuno, cojo algunos apuntes para repasar en el tren, me compro la comida para el mediodía de camino a la estación.

0800: Cojo el tren para una estación impronunciable, cerca de la cual está la universidad en la que se va a hacer el examen. En la media hora que tardo me repaso el keigo y un par de reglas de gramática chungas, y empiezo a mirarme palabras importantes para ver si se me queda alguna.

0840: Llego a la universidad de Dokkyo, me encamino a mi edificio en busca de mi clase, donde dejo mis cosas en un asiento etiquetado con mi número. Me encuentro con Hannes, el alemán, que como vive en Matalascabrillas del Duque, como yo, también le toca venir a esta universidad. Nos quedamos hablando de lo poco que hemos estudiado y recordándonos algunas palabras importantes.




0945: Empieza el examen. Hay 4 profesores vigilando, cada uno de ellos con tarjetas amarillas y rojas. Nos ponen una cinta de audio con las instrucciones del examen: está prohibido comer y beber, mirar al de al lado, hablar, mascar chicle, los móviles... Con cada instrucción, los profesores muestran una tarjeta, amarilla o roja, dependiendo de lo grave de la infracción: amarilla, aviso; roja o dos amarillas, expulsión. Tras un cuarto de hora de rollo y tras repartir cuadernillo de preguntas y hoja de respuestas, comienza la primera parte del examen propiamente dicho, que va de kanjis y vocabulario, y que durará hasta las 1035. Es tipo test, así que las respuestas se marcan en una hoja de esas con circulitos que hay que rellenar con lápiz. Cuatro opciones por pregunta y no descuentan por respuestas incorrectas. Primera regla: respóndelo todo. Aunque no lo sepas, tienes un 25% de probabilidades de acertar.

1010: Pausa para partirme de risa con una de las preguntas. Completa el siguiente texto: "Estoy resfriado, así que me duele..." a) la garganta. b) la voz. c) la barba. d) el pelo. Como dice Hannes, resulta gracioso si conoces las palabras, pero más de uno no se habrá reído mucho.

1035: Se acabó esta parte. 15 minutos para recoger las hojas de preguntas y respuestas, y como te pillen escribiendo después de que digan "se acabó el tiempo" te ponen en la calle. Tras 10 minutos para comentar la jugada, volvemos a clase, listos para enfrentarnos a la parte más temida del examen: el "listening".

1115: Nos vuelven a poner la cinta de las reglas del examen y a enseñarnos las tarjetitas, por si a alguien se le había olvidado que no se puede mascar chicle. Entramos en la única parte del examen en la que no hay prisa por responder, porque el examen dura lo que dura la cinta que va hablando. Esta parte se divide en dos: la primera tiene apoyo visual por el cuadernito, que tiene dibujos (4 por pregunta) y hay que elegir el correcto. Una vez más, el cachondeo que se respira en el ambiente crece considerablemente cuando llegamos a ciertas preguntas (un perro y un gato peleándose, en el que hay que escuchar para ver quién está mordiendo a quién, por ejemplo). Después de esa parte hay que hacer otra, más larga, sin dibujitos, en la que te dicen una pregunta, te sueltan un rollo, y luego te dan 4 respuestas. En esta parte tienes que marcar tanto la correcta como las 3 incorrectas, supongo que para evitar que algún vivo espere a que los demás pongan su respuesta y así saber cuál es la buena. Tras acabar, y tras otro cuarto de hora recogiendo papeles, salimos a comer.

1240: Hannes y yo nos hacemos amigos de una roca que está convenientemente al sol, sobre la que comemos. Creedme, el sol se echa mucho de menos en este país, y no sólo porque salga poco, sino porque aquí se toman lo de trabajar "de sol a sol" al pie de la letra. Aquí, lo normal es entrar a trabajar cuando está amaneciendo y salir del trabajo cuando ya ha anochecido (a las 1730 ya es de noche por estas fechas). Nos tronchamos de risa con algunas cosas del examen, pero enseguida nos cansamos y nos ponemos a hablar de juegos de la DS. Hay que ver, cuánta presión por el examen...

1310: Preparados para la tercera parte, gramática y comprensión, que dura y puntúa el doble que las otras dos. Los profesores nos sorprenden con una nueva explicación sobre las tarjetitas y el chicle. Creo que lo hacen para desconcertarnos porque nos dormimos durante el rollo y así no nos damos cuenta de cuándo hay que empezar el examen. Eso, o los japoneses piensan que los extranjeros son retrasados mentales. Me temo la respuesta... Me sorprendo ante algunas paradojas, como una pregunta de keigo en cuya respuesta no hay que usar keigo, o un texto que no hay que leer completamente para responder a las preguntas. En serio, nos lo han puesto fácil este año.

1435: Acabo el examen con tiempo de sobra para repasar algunas preguntas. Tras otro interminable rollo de recogida de papeles, nos dejan irnos a casa. Cuando estoy de camino llamo a un amigo para preguntarle qué tal le ha salido, y me dice que hay una quedada para ir a un karaoke en plan celebración. ¿Qué le vamos a hacer? Habrá que hacer un esfuerzo...

1710: Llego a nuestro amigo Hachiko, el perro de Shibuya, y nos vamos a un karaoke. Desde que descubrimos que antes de las 7 de la tarde están tirados de precio, mola mucho más. Nos tiramos allí una hora, y luego algunos nos vamos a hacer tiempo, primero a un UFO Catcher (los juegos esos de coger cosas con la grúa), luego a una librería, y luego a cenar. Sobre las 10 me vuelvo a casa, donde entre unas cosas y otras se me hacen la 2 de la mañana hablando con familia y amigos. "Y mañana es lunes", pienso. "Y qué más da", me respondo.

Humor del momento: Sorprendentemente satisfecho. Una melodía: la que te ponen en medio del "listening" para relajar los nervios, que parece un cruce entre un timbre de teléfono y un crío tocando su piano "casio".

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