jueves, 11 de diciembre de 2008

Shougakkou de asonde iru

Bueno, tal y como os dije ayer, hoy tocaba una cosa especial: una visita a un colegio de primaria. Se trata de uno de los dos eventos importantes que nos quedan antes de acabar el "curso cultural", así que los organizadores se lo han tomado muy en serio: teníamos que preparar palabras en nuestros idiomas y escribirlas en papeles grandes, con colorines, para enseñárselas a los niños, y también teníamos que preparar juegos infantiles de nuestros países para jugar con ellos.

Tengo que reconocer que, para ser una de las cosas más ridículas que hemos hecho, me lo he pasado genial. Primero nos hemos ido al gimnasio del colegio, donde nos hemos presentado todos uno tras otro, y después les hemos enseñado palabras en nuestro idioma. Había de todo, desde "familia" o "gracias" hasta un cachondo que les enseñó a decir "no hablo español". Si es que somos de lo que no hay... En fin, después de eso nos pusimos a jugar a juegos japoneses, concretamente a la versión japonesa de "ponle la cola al burro", que consiste en ir poniendo a ciegas las distintas partes de la cara en un dibujo: ojos, boca, cejas, mofletes... Luego nosotros les teníamos que enseñar juegos nuestros: llevábamos preparados las sillas musicales, el "1, 2, 3, palito inglés" y una cosa rara que nos ha enseñado nuestro polaco favorito que se hace sentándose en círculo, cruzando nuestras manos y pegándonos palmadas en las rodillas. Al final sólo hemos jugado a ése, pero bueno, ha sido muy divertido.

Después de eso nos hemos ido a comer. Comida de colegio. Sí, es tan malo como suena, pero bueno, no ha estado mal. Luego nos han enseñado el colegio, que tiene un poco de todo: sala de ordenadores, sala de música, una especie de museo del colegio con libros y cosas antiguas... No he sacado fotos del interior, pero si alguno ha visto series de anime que se desarrollen en un colegio, es exactamente igual. En serio.

Luego nos hemos salido al patio de deportes, con sitio para jugar al fútbol, al béisbol... y una piscina. Jo, qué envidia. En fin, que allí hemos hecho dos cosas, una normal y otra surrealista. La normal era sacarnos algunas fotos todos juntos, que espero que nos manden por correo un día de estos. La surrealista era... muy, muy surrealista. Mirad el vídeo y reíros, que no es para menos.


Por cierto, los del vídeo son Bolek, el polaco del que os he hablado antes, y Hannes, el alemán. Han corrido por ahí, han hecho el ridi, se han reído... Lo normal en estos casos. Pero ha habido una cosa que me ha chocado: algunos niños se han despedido de nosotros con un abrazo. Es algo inaudito entre japoneses adultos, lo que me hace pensar una vez más (y van...) en qué diantres les pasa a los japoneses durante su adolescencia para que se conviertan en unos cretinos.

Humor: muy, muy bueno, incluso con la perspectiva del examen doble que tenemos mañana. Otra palabra japonesa, que veo que ha gustado: "Ouendan", que es el nombre que tienen los grupos de animadores.

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