miércoles, 14 de enero de 2009

This was a triumph...

Hoy ha sido un día realmente memorable. Para empezar, hoy he tenido mi primera reunión en la Sanyo: a media mañana mi supervisor me dice "tenemos una reunión, venga" y nos vamos al piso de arriba, donde nos sentamos todos en una mesa. Nada más empezar, al jefe se le ve algo nervioso, y cuando empieza a hablar entiendo por qué. Sus primeras palabras fueron, más o menos, éstas: "Bueno, ¿cómo lo hacemos? ¿Alguien de aquí sabe inglés? Tú hablas un poco, ¿no?"

Sí, estaban hablando de mí. Cuando les digo que pasen de mí y que hagan la reunión en japonés, que mi supervisor ya me explicará en privado lo que necesite saber más tarde, la habitación entera suspira. En fin, tenían parte de razón al estar preocupados: no me enteré de nada. Cuando e toca hablar a mí, mi supervisor coge la palabra (menos mal, porque no sabía que me tocaba hablar a mí) y explica lo que he estado haciendo. Su explicación fue lo único que entendí de toda la reunión, así que aproveché para confirmarles que lo que había dicho era exacto. Pero ésta no es la parte memorable.

Sigo en mi trabajo, que consiste básicamente en coger un programa que han hecho los de Sanyo y toquetearlo para que haga más cosas. Nota para los que sepan de programación: cerca de un centenar de pequeños ficheros en C, sin una sola línea de comentario. Bueno, pues hoy, tras cerca de una semana de trastear con el programa, por fin he logrado despiezarlo lo suficiente como para averiguar cómo está montado: es una mezcla exótica de tres programas, dos de los cuales estaban rondando por internet y el tercero lo ha hecho uno de mis compañeros de trabajo. ¿Y el esfuerzo que me habría ahorrado si me lo hubieran dicho desde el principio? Vale, pero no tendría la sensación de triunfo que tengo ahora. Pero ésta no es la parte memorable.

La parte memorable es mucho más importante que el trabajo, que el programa, que el japonés. Atentos: ¡He estrenado mi cocina! ¡Yujuu! Ya era hora, caramba: tras una semana aquí (y otros 4 meses sin cocina, que conste), me he hecho mi primer huevo duro en Japón. Vale, no es gran cosa, pero ni tengo ingredientes ni utensilios de cocina, así que tengo que empezar por abajo: no me voy a comprar un menaje completo el primer día. En fin, éste es el comienzo de muchas sopas, tortillas, cosas fritas y, llegado el momento, quizás hasta unas lentejas o una paellita, ya veremos.

Humor: Oh, cuán satisfecho. Una palabra japonesa: "sei", que, según cómo se escriba, puede significar causa, generación, positivo, vida, apellido, naturaleza, sagrado, espíritu, o "made in".

2 comentarios:

Miriam dijo...

Enhorabuena por ese primer huevo duro de muchos! ¿Hay por allí aceite de oliva? Jejeje!

Cuando leí el título del post y las primeras frases al principio pensé que lo del triunfo era porque nadie en tu empresa sabía bien inglés y tuviste que hacer de traductor con algún contacto o algo... no es descabellado eh!?

Arreis O'Neil dijo...

Anda que no me buscas tú problemas ni nada... bastante mal lo paso ya intentando entender lo (poco) que me dicen en el día a día como para encima hacer de traductor... Tiemblo sólo de pensarlo :S

Y sí, hay aceite de oliva. De hecho, encontré una botellita pequeña el otro día en un Todo a 100, la cual me llevé a casa "por si acaso". Esperate a que tenga pan y me empezaré a hacer tostadas "a la antigua", en sartén y eso, porque no tengo tostador ;)