martes, 11 de agosto de 2009

Tema 2: la moda

Esto es lo que mucha gente asocia con Japón nada más verlo en la tele, pero creedme: lo que se muestra no hace justicia a lo que es en realidad. Antes de empezar, dejadme decir algo: Tokyo no es Japón. Se puede decir de todos los países: Madrid no es España, Praga no es la República Checa, Londres no es Inglaterra, pero por encima de todo, Tokyo no es Japón. Tokyo es una amalgama de culturas tan densa que es imposible discernir la original, un bombardeo de información tan brutal (y a menudo contradictoria) que a veces doy gracias por no conocer el idioma lo suficiente como para entender todo lo que me dicen. Dicho esto, cualquiera que visite Tokyo sabe lo que es Shibuya: un barrio, en la zona sudoeste de Tokyo, en el que las tiendas de ropa y moda abundan casi tanto como la gente que luce dicha moda. Cualquiera que se ponga delante del famoso cruce de Shibuya durante algunos minutos verá pasar gente vestida de las formas más extrañas, a menudo de camino a alguna tienda para comprarse ropa nueva aún más extravagante. Ojo, no estoy hablando del cosplay, ni de las "Gothic Lolitas". Hablo de gente normal, que cree estar vistiendo de forma normal. Hablo de grandes bolsos dorados llevados por hombres, hablo de mujeres que se pasan trayectos de tren de 45 minutos de duración maquillándose ante un espejito y atusándose el pelo, hablo de hombres con varios anillos en todos y cada dedo, y de mujeres con móviles tan recargados de colgantes que necesitan mochilas para llevarlos. La ropa es un hobby, como cualquier otro, pero hay gente que lo lleva a extremos muy, muy excesivos.




Una vez que sales de Tokyo es más difícil encontrarse con gente así, pero la influencia de Tokyo es grande. Mucha gente de Japón ve a los Tokyotas (¿se dice así?) como el no-va-más de lo "cool", así que intentan imitarlos en lo posible. La ventaja es que en Osaka esta gente destaca tanto (y encima van en grupos) que es difícil no darse cuenta cuando aparecen. La desventaja es que, rodeados de gente normal, parecen aún más ridículos, al menos a los ojos de un extranjero.

A pesar de todo lo que he visto, a día de hoy aún me choca ver algunas de las "modas" que pululan por aquí. Aún recuerdo a un tipo que vi en un tren mientras vivía en Tokyo. El chaval, de unos 17 años, entró en el metro vestido en plan macarrilla, con pelo pincho, anillazos en los dedos, uñas (muy mal) pintadas de negro solo en la mano derecha, y pendientes diferentes en cada oreja, a cual más horrible. Y zapatillas de deporte. Y la chaqueta del colegio en una bolsa de papel, la saca en medio del metro y se la pone mientras se quita uno de los pendientes (el otro no) y se alisa el pelo. Ya está, listo para ir al cole. Encantador.

Humor: relajado. Una película japonesa: Detective Conan 10: El réquiem de los detectives (comprada en edición especial y vista durante la cena).

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