lunes, 3 de noviembre de 2008

En Hakone

Bueno, vamos allá. Como ya dije, ayer me pasé el día en Hakone, un pueblecito cercano al monte Fuji. La idea era salir por la mañana y volver por la noche. Como no quería llegar tarde (como siempre hago), me puse el despertador temprano. Tan temprano, de hecho, que llegué a Shinjuku una hora antes que todos los demás. Bueno, andar un poco es bueno para el cuerpo.

Héctor y yo nos encontramos en Shinjuku para salir en un tren que iba directo a Hakone, y encontrarnos con los demás en el camino. El tren estaba lleno. Buen comienzo: nada más empezar, y Héctor y yo llegaríamos media hora más tarde que los demás. Eso sí, aprovechamos bien el tiempo en el tren: una partidita de go. Ambos llevábamos años sin jugar, y eso se notó, pero lo disfruté como un enano.

Cuando llegamos a Hakone, los demás estaban haciendo cola para coger un bus que nos llevaría a la zona céntrica de Hakone. El bus nos costó un ojo de la cara, pero yo creo que mereció la pena: la zona por la que estuvimos paseando después valía su peso en oro.





Después de visitar el templo vimos que no nos daría tiempo a hacer todo el camino a pie, así que nos volvimos atrás, y decidimos tomar uno de los barcos que nos llevarían al otro lado del lago. Cogimos el más barato, y me alegro, porque fue de lo más divertido. Mirad, mirad.





Después del trayecto pensamos en coger el teleférico para ver algunas cosas más, pero nos echaron atrás dos cosas: el precio, y que ya estaba anocheciendo. De todas formas, nos quedamos con una cosa: para visitar Hakone correctamente, hay que comprarse un pase de fin de semana que te cubre todos los desplazamientos. Si decidimos volver, éso será lo que hagamos.

Y para acabar, una pequeña explicación de mi cansancio de anoche. Resulta que había un autobús que iba desde donde estábamos hasta Sinjuku, sin necesidad de pasar por la estación para coger el tren. Nos pareció una buena idea, así que Héctor y yo lo cogimos para volver, porque nos salía más barato que la otra alternativa. Bueno, dejadme haceros otra recomendación: nunca, nunca, nunca cojáis autobuses en Japón en un fin de semana en el que haya puente (sí, hoy es fiesta en Japón), porque el tráfico, vayáis adonde vayáis, será atroz. Tardamos 5 horas en volver a Shinjuku, y porque tuvimos suerte. Fue una tortura. Pero bueno, ahora os dejo, que tengo una amiga que ha venido a casa a jugar. Os dejo con una foto suya, para que veáis lo guapa que es. Nos vemos.


Humor: juguetón. Un juego: Zelda, Phantom Hourglass.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Guapisima! ;)

DrJones dijo...

Cinco horas de autobús, qué horror x_x