miércoles, 8 de octubre de 2008

KURASU wa SHOKKU... ja nai

Primer día de clase en la escuela de japonés. ¿Resultado inicial? Gran decepción. Me explico.

Con el cambio de escuela vienen algunos otros cambios, y vamos con el primario que es un cambio de escenario. Para empezar, tardo "sólo" una hora y poco en llegar. Cuando les he dicho a las profesoras (sí, aún no he visto ni un sólo profesor varón) dónde vivo, me he sorprendido porque es la primera vez que no me sueltan el típico "Tooi, desuneeeee" (significa algo así como "Qué lejos, ¿verdad?"). El barrio en el que está la escuela está bastante bien, siempre y cuando no te metas en callejuelas, pero es que nuestra escuela está en medio de una callejuela que hay en medio de otras callejuelas, así que las inmediaciones no es que tengan muy buena pinta, y menos en un día tan nublado como ha hecho hoy. Filippo está tristísimo porque le gustaban mucho más las tiendas de comida que había junto a nuestra otra escuela, pero bueno, ya veremos lo que encontramos cuando exploremos un poco.

El edificio en sí está bien, pero tiene un defecto importante: las instalaciones están repartidas entre los 7 pisos que tiene. En el 1 (la planta baja) hay un aparcamiento para bicis y un comedor de colegio. Imaginaos un comedor de colegio, hacedlo más pequeño (como para unas 20 personas) y tenéis el nuestro. En el segundo piso no hay nada para nosotros. En el tercero tenemos una zona con 4 ó 5 ordenadores, una fotocopiadora (que hay que pagar por usar) y la única fuente de agua del edificio. A partir de mañana me toca llevarme el botellín. Luego, en la 4ª planta está la zona de profesores y la sala de estudio personal, donde nos vamos a estudiar por nuestra cuenta. Además, en esta planta es en la que tenemos que fichar cada día. En la quinta están los aseos. Sí, como lo leéis: no hay aseos en todas las plantas. No para nosotros, al menos. Planta 6, clases ajenas. Planta 7, más clases, incluida la nuestra. Todo super agobiante y deprimente, es como estar internado en una casa de muñecas. Al menos la clase es mejor que la que tenían antes los que llevan un mes aquí: me la enseñaron, y era una mini-habitación con mesas de esas con pupitre incluido. Ahora tenemos mesas grandes. Toma lujazo.

En fin, vayamos a la parte interesante: las clases. Bueno, no nos hemos sentido totalmente descolocados, aunque probablemente se deba a que han bajado bastante el ritmo en nuestro honor. Mientras no cabreémos demasiado a los sempais con nuestra patente ignorancia, supongo que la cosa irá bien. Aparte de eso, yo me he sentido muy a gusto en la clase: intensa, completamente en japonés, pero de un nivel adecuado. En gramática ando al día, pero con mucha falta de práctica; en kanjis voy más o menos al día; y en lectura y comprensión tengo que echar mano del diccionario cada dos palabras, pero aprendo muchísimo. ¿Compensa? No lo sé, os lo diré cuando lleve unos cuantos días.

Humor: Ligeramente decepcionado. Una serie: Suzumiya Haruhi no yuuutsu.

PS: Cuando haga buen día sacaré fotos del cole, tranquilos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Exceptuando el tema de la ubicación y las instalaciones, lo de las clases suena francamente bien. Es una locura, pero en eso consiste la cosa, no?
Te has fijado? Primero dices gran decepción y al final ya sólo estás ligeramente decepcionado...
;)

Arreis O'Neil dijo...

Evidentemente, la idea de cambiar de clase era "subir el nivel". Esa parte me ha gustado.
Y claro que sueno mejor al final que al principio. ¿Por qué te crees que escribo un blog? Es la mejor manera de descargar emociones ;)

Maestro Vecino dijo...

Pensaba que la mejor manera de descargar emociones era azotando a tus subditos hasta que tu brazo quedara entumecido.
La cultura oriental te está hablandando?
Arrepientete y muestra tu pesar o no seras digno de ser llamado hijo de Sssbbusbia!