martes, 21 de octubre de 2008

Shinkokyuu shite

A ver, ¿alguno de vosotros ha hecho meditación zen alguna vez? Vale, los que no han levantado la mano, ¿alguno sabe lo que es?

Os cuento: en Japón hay dos religiones mayoritarias, que son el budismo y el shintoísmo. Del shintoísmo sé poco, y lo que sé prefiero no decirlo por si me equivoco, pero el budismo es más conocido. La idea, al menos por lo poco que sé, es que el motivo del sufrimiento de cualquier ser humano dado radica en sus deseos. Por lo tanto, liberado de los deseos, liberado del sufrimiento. Si alguien que lea esto sabe más del tema, o si lo que acabo de decir es ridículamente incorrecto, que complete o me corrija. En fin, la cosa es que una de las formas que tiene el budismo zen de librarse de estos deseos consiste en meditar, lo que equivale a decir "sentarse con las piernas en una cierta postura, con las manos en una cierta postura, relajar todos los músculos y concentrarte en la respiración".

¿Que a qué viene todo esto? Pues a que esta tarde, como parte del programa "culturilla japo for you", nos hemos ido a un templo en medio de Yokohama (en el extremo sudoeste de Tokyo, justo al otro lado de donde vivo yo), donde un monje nos ha explicado cómo se debe hacer la ceremonia, nos ha llevado a meditar durante una media hora o así, y luego se ha sentado con nosotros a responder preguntas sobre el budismo.


El ritual ha estado muy curioso, más que nada porque, creo, hemos hecho lo mismo que hacen los monjes de verdad: nos hemos puesto en dos filas, con las manos entrecruzadas a la altura del estómago, hemos andado en silencio siguiendo a un monje tocando una campanilla, nos hemos purificado con incienso, hemos hecho una serie de reverencias y nos hemos sentado sobre un cojín, con las piernas cruzadas en la posición del loto (o medio loto, si no puedes con el loto normal), manos a la altura del hara (lo que viene a ser el bajo vientre) con mano izquierda sobre la derecha, dedos juntos y pulgares tocándose en la punta. Los que hagan aikido conmigo sabrán muuuy bien de qué estoy hablando.

Lo bueno es lo siguiente: durante todo el tiempo de la meditación, hay un monje con una madera plana paseando por entre las filas de alumnos. Si alguno de ellos pierde la concentración, el monje le dice que se incline y le da tres palmetazos con la madera en la espalda. Lo curioso es que, si tú crees que estás perdiendo la concentración, puedes pedirle que te lo haga, aunque él no fuera a hacerlo. Francamente, no entiendo cómo unos palmetazos en la espalda pueden ayudarte a recuperar la concentración. En todo caso, se la quitarán a los demás, en parte porque los palmetazos resuenan muchísimo, y en parte porque te partes de risa cuando se lo hacen al de al lado. En el rato que hemos estado ha habido tres palmetazos: el primero porque uno no paraba de moverse, el segundo y el tercero por petición expresa. De los dos primeros no sé mucho, pero el tercero ha pasado casi enfrente de mí, y el rumorcillo de risas posterior ha durado como un par de minutos.


Humor: Muuuuy relajado... Un dulce: el anko.

Actualización: Me he encontrado con mi primer ataque de spam en el blog, así que, sintiéndolo mucho, a partir de ahora sólo podrán comentar los que estén registrados.

1 comentario:

DrJones dijo...

Malditos spambots! Hasta aquí han llegado. D: